sábado, noviembre 01, 2008

Dentro de Pink Floyd (Nick Mason) 2007

Como bien refleja el título del libro, “Dentro de Pink Floyd” es la autobiografía de Pink Floyd escrita en primera persona por uno de los componentes del grupo, concretamente por el batería del Nick Mason. Han sido muchas las biografías sobre Pink Floyd que se han escrito durante los últimos años, pero esta es la primera en la que uno de sus miembros decide contar la historia del grupo desde sus entrañas. Puesto que Pink Floyd es uno de esos grupos en cuyo seno han acontecido todo tipo de culebrones, el hecho de leer la opinión acerca de todo lo ocurrido escrita por uno de sus miembros, a priori le da un poco de morbo adicional este libro e incita más que otros a su lectura.

Desde sus andanzas por la facultad de arquitectura de la Universidad Politécnica Regent Street de Londres allá por 1962, hasta el concierto celebrado el día 2 de Julio de 2005 en el Hyde Park de Londres con motivo del festival benéfico Live 8, Nick Mason explica, con su peculiar sentido del humor socarrón y desde su particular punto de vista, absolutamente toda la carrera de Pink Floyd. Lamentablemente el libro fue escrito antes de los fallecimientos de Syd Barrett y Rick Wright y éste no pudo servir como homenaje a ambos.

La habilidad de Nick para trivializar y quitarle importancia a los problemas, contratiempos, éxitos y fracasos del grupo, e incluso a su propio talento musical y peso dentro de la banda, le da un punto cómico a toda la historia; sin embargo, he de reconocer que en determinados pasajes del libro me he aburrido soberanamente debido al continuo ametrallamiento con datos como nombres propios, fechas exactas, ubicaciones concretas con calle, número, piso y prácticamente código postal de locales de ensayo, salas de conciertos, tiendas de instrumentos, almacenes de material de iluminación y hasta “boutiques” de pantalones. Para alguien que pretenda viajar a Londres y realizar “El Camino de Pink Floyd” seguramente toda esta información le será de gran valor, pero para quien sólo desea conocer la trayectoria de un grupo de rock, hay fragmentos en los que se tiene la sensación de estar leyendo las batallitas del abuelo Cebolleta más que las vivencias y experiencias de un músico.

En todo el libro echo en falta dos aspectos fundamentales. En primer lugar me hubiera gustado que los periodos de composición y grabación de los discos hubieran sido tratados de una forma menos escueta. Supongo que esto se deberá a lo poco que tiene que contar el bueno de Mason sobre las composiciones y grabaciones de los discos del grupo. En segundo lugar también me hubiera gustado un poco más de compromiso por su parte a la hora de tratar algunos temas conflictivos de la historia de Pink Floyd. En el único tema en el que se moja un poco es en el referente a la expulsión de Syd Barrett, donde explica de una forma más o menos extensa los motivos por los cuales decidieron dejarlo fuera del grupo. En el resto de los temas peliagudos como la primera expulsión de Rick Wright, las polémicas y pleitos entre Roger Waters y el resto del grupo, etc., Nick pasa casi de puntillas. El hecho de que en la actualidad se lleve igual de bien con Roger Waters que con David Gilmour, así como el proceso de censura al que fue sometido el libro antes de su publicación por parte de ambos, quizás hayan influido en la evidente neutralidad de lo escrito.

En resumidas cuentas, “Dentro de Pink Floyd” es un libro entrañable, plagado de anécdotas y buen humor a raudales, pero que nadie busque en él polémica y “Salsa Rosa” (nunca mejor dicho) porque no la va a encontrar.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

viernes, agosto 15, 2008

Tesoro. Diario fotográfico Tour 2007 (Jose Girl) 2008

Me da un poco de vergüenza publicar la reseña de un álbum de fotos en una sección titulada “Críticas literarias”, pero bueno, si tiene hojas, está encuadernado y trata sobre un grupo de rock, digo yo que será un libro musical ¿no?, pues eso. “Tesoro. Diario fotográfico Tour 2007” es el álbum de fotos de la pasada gira de regreso de Héroes del Silencio. Fue publicado el 7 de Junio de 2008 a través del diario El País y en él, la fotógrafa oficial del grupo y actual pareja de Enrique Bunbury Jose Girl, recopila una colección de fotografías tomadas en diferentes momentos de la gira como los diez conciertos de América y España, el transcurso de los viajes, los preparativos y montajes de las diferentes actuaciones o los instantes previos en el “backstage”.

Todo el libro y todas las fotografías están presentadas en una tonalidad sepia con el fin de simular una apariencia antigua y desgastada, muy en la línea de los diseños de Leviathan, la empresa conocida por sus diseños de camisetas de temática rockabilly, gótica y “freak” encargada en esta ocasión de la dirección gráfica del libro. Supongo que toda esta imagen se deberá a una cuestión de modas y tendencias del diseño gráfico o cosas por el estilo, pero personalmente considero que hacer un álbum de fotos en color sepia (por mucho que el periodista Pablo Ferrer en su prólogo le llame “tonalidad dorada”) de una gira como la de Héroes del Silencio, con todo el colorido y la parafernalia de efectos lumínicos que llevaban consigo, es matar por completo la esencia del espectáculo. Así lo único que se ha conseguido es dar una sensación de oscuridad y tristeza impropia de un evento de tal magnitud.

Al margen del color, también sorprende el hecho de que la mayor parte de las fotografías hayan salido desenfocadas. Sí, de acuerdo, en un concierto es muy difícil captar un instante de quietud puesto que los músicos están actuando y no posando, pero con las cámaras que existen hoy en día esto se puede conseguir y en este libro únicamente se ha conseguido en alguna de ellas. Por eso no es de extrañar que, además del filtro de color, a prácticamente todas las fotografías se les haya aplicado un filtro de desenfoque, no sé si para dar más sensación todavía de fotografía añeja o para disimular los desenfoques originales.

Para colmo, el libro fue editado con un DVD de regalo que supuestamente iba a contener la actuación celebrada el día 28 de Octubre de 2007 en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia), último concierto de la gira de Héroes del Silencio. Pues bien, el sonido es posible que se grabara en Valencia, pero las imágenes son una mezcla de tomas registradas en Valencia y en Sevilla. No sólo hay veces que la voz de Bunbury no coincide del todo con el movimiento de su boca, es que continuamente a Joaquín Cardiel y a Pedro Andreu les crecen y les menguan las mangas de las camisas, a Juan Valdivia le cambia constantemente el mensaje de su camiseta de “Blackdivia” a “Las líneas del kaos”, Gonzalo Valdivia cambia de modelo de gafas de sol en una misma canción y a Enrique le aparecen y desaparecen anillos de la mano con la que rasga su guitarra. Una auténtica chapuza.

Para tener un recuerdo del regreso de Héroes del Silencio a los escenarios y por el simple hecho de coleccionar todo lo que huela a material oficial del grupo, “Tesoro. Diario fotográfico Tour 2007” no está nada mal, pero creoo que cualquiera que hubiera tenido los mismos accesos y la misma cámara fotográfica que Jose Girl hubiera hecho un trabajo parecido o incluso mejor, y seguro que no hubiéramos gastado páginas del álbum en publicar imágenes de los zapatos de Bunbury. Pero bueno, como dicen por ahí: “al que no tiene padrino no le bautizan”.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

viernes, julio 25, 2008

Enrique Bunbury. Lo demás es silencio (Pep Blay) 2007

“Enrique Bunbury. Lo demás es silencio” es la biografía autorizada de Enrique Bunbury escrita por el periodista musical catalán Pep Blay. Concebida durante la gira “Freak Show” y gestada durante el periodo de tiempo que fue entre el accidentado final de la gira “El viaje a ninguna parte” y el anuncio del regreso a los escenarios de Héroes del Silencio, “Enrique Bunbury. Lo demás es silencio” narra con todo lujo de detalles la trayectoria musical del artista aragonés. En ella se explica desde su primer contacto con la música y la formación de sus primeras bandas; hasta el día después de ponerse a la venta las entradas del primer concierto de Zaragoza de la gira Tour 2007 de Héroes del Silencio; pasando por la creación, crecimiento y primera disolución de Héroes del Silencio y por todas las etapas de su carrera en solitario.

El estilo narrativo de Pep Blay en este libro es un tanto curioso. Al contrario que muchas otras, esta no es la típica biografía en la que su autor comience a contar la historia del personaje en cuestión en riguroso orden cronológico, en tercera persona y desde la objetividad de alguien que se está limitando a explicar unos hechos. Aquí, desde un principio, Pep Blay se implica en la historia y la cuenta prácticamente en primera persona, dando la sensación de estar leyendo una novela policíaca en la que su protagonista (en este caso Pep Blay) es un detective que investiga unos hechos (en este caso la vida de Enrique Bunbury) recopilando diferentes pruebas y testimonios para llegar a resolver algún caso. Tanto es así que Blay no deja escapar prácticamente ningún detalle sobre sus fuentes de información, sobre el lugar concreto donde se producen sus citas con diferentes personajes del entorno de Enrique Bunbury, o incluso sobre sus entrevistas y encuentros personales con el mismo Enrique Bunbury, totalmente al corriente de lo que Pep Blay se trae entre manos. En el hipotético caso de que la biografía no hubiera sido autorizada, me pregunto si Pep Blay hubiera tenido el mismo acceso a determinadas fuentes de información como ha tenido.

Por lo que se puede leer, parece como si Pep Blay no hubiese sido un gran admirador de Enrique Bunbury hasta bien avanzada su carrera en solitario. Datos que cualquier fan medio de Héroes del Silencio o Bunbury conocen a la perfección desde hace algunos años, es como si a Pep Blay le provocasen una enorme sorpresa así como los va conociendo. Lo que no deja de ser curioso es cómo alguien que sigue la carrera de un artista que lleva más de veinticinco años en activo desde hace relativamente poco, puede acabar idolatrándolo de la manera que lo hace Blay. En determinados pasajes del libro uno no sabe si está leyendo la biografía de Enrique Bunbury, un cantante zaragozano, o la de Moisés, Abraham o cualquier profeta bíblico que se encuentra por encima del bien y del mal.

Como conclusión puedo decir que “Enrique Bunbury. Lo demás es silencio”es un libro muy entretenido y del todo imprescindible para cualquier fan de la carrera de Bunbury que se precie. De todas formas no sé para qué digo esto si todos los fans de Bunbury ya se lo habrán leído incluso más de una vez.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

jueves, junio 05, 2008

Tom Waits: conversaciones, entrevistas y opiniones (Mac Montandon) 2007

El cantautor en prosa

La historia de Tom Waits resulta buen material para una canción. Vino al mundo en la parte trasera de una camioneta en Pomona, un suburbio de Los Ángeles, con las lluvias de diciembre de 1949. A los 24 años, cuando publicó su primer disco, había peregrinado por los locales más sórdidos de la América nocturna y demostraba dotes para cantar como los mayores. La voz aguardentosa de Waits marca la personalidad de una discografía inclasificable, entre la tradición y la vanguardia, salpicada por sus incursiones cinematográficas y teatrales. En cambio, su faceta personal, así como sus idearios de creador, se encuentran en un compartimento privado: un arcano difícil de desenmascarar por los seguidores.

El libro ‘Tom Waits: conversaciones, entrevistas y opiniones’, publicado por Global Rhythm, recopila tres décadas de semblanzas, opiniones y conversaciones aparecidas en periódicos y revistas. También charlas con el músico El vis Costello y el cineasta Jim Jarmusch. Páginas confesionales que retratan al autor de esas ficciones truculentas, repletas de personajes marginados en la algarabía de sonidos de tabernas y pensiones.

Entrevistar a Tom Waits no es fácil. Dado su extremado hermetismo, resulta un hombre sólo accesible para un reducido círculo de amistades. “Champán para mis verdaderos amigos, profundo dolor para quienes creen serlo y me avergüenzan por su hipocresía”, le espetó a un periodista. Tales encuentros con la prensa tienen lugar, en gran número de ocasiones, en tugurios de comidas baratas, cerca de su casa al norte de California. Waits suele personarse en una furgoneta vieja y embarrada.

En los setenta, Tom Waits se inició en la figura de cantautor romántico ‘neo-beatnik. Escribía y entonaba como un borracho, pero apenas sobrepasaba la edad legal para bañar su garganta en bourbon. Aunque fue en la década siguiente cuando perpetuó sus discos más populares y, a la vez, extraños. Álbumes experimentales como ‘Swordfishtrombones’ o ‘Rain dogs’, grabados durante la diseminación de papilla sintética en los ochenta, hoy dejan en evidencia a las producciones coetáneas y siguen sufriendo tenaces intentos de imitación. Una mezcla volcánica de rock primigenio, jazz de entreguerras y devaneos con músicas europeas colindantes, sin despreciar polcas o rumbas. Al combinado, Waits añadía todo tipo de utensilios que simulaban percusiones o pianos. Heredó estas excentricidades de su venerado Harry Partch. “Creo que todas las canciones deben contener tiempo meteorológico, nombres de calles y de ciudades, y deben tener un par de marineros, con ruidos de ambulancias, ecos amortiguados en las paredes y el transistor distorsionado del vecino”, confiesa.

Además, en 1980 contrajo matrimonio con su colaboradora Kathleen Brennan. Una unión fructuosa: tres hijos y la autoría conjunta de proyectos alabadísimos por la crítica hasta la fecha. Desde entonces, Waits se colocó en el mapa de la interpretación. En sus flirteos con la industria del cine ha trabajado con Coppola, Jarmusch, Jack Nicholson, Roberto Benigni o Meryl Streep.

Y el espectáculo continúa con papeles invertidos: la actriz Scarlett Johansson ha iniciado su carrera discográfica por medio de un cancionero de versiones de Tom Waits. Mientras, el músico de traje oscuro lanza joyas regularmente. Todavía abrasa la caja de tres compactos incendiarios que divide en ‘Brawlers’ (camorristas), ‘Bawlers’ (camorristas) y ‘Bastards’ (bastardos). Para él, “la música es como la escuela: quieres verla en llamas”.

Eduardo Tébar

lunes, mayo 12, 2008

Charlas con un vago burlón (Paloma Leyra y Javier Krahe) 2007

Si hay un personaje en la música española particularmente autócrata, deslenguado, satírico y paladín del humor como lenguaje de la inteligencia –que decía Chesterton–, ése es Javier Krahe. Un tipo que no madruga, que juega al ajedrez y se emborracha todos los días, y que tarda varios meses en dar por acabada una canción. Cosas de no tener jefes… Paloma Leyra se sentó con el cantautor en el bar La Antorcha de Madrid. Fruto de las charlas, aparece este completo retrato del barbado cano, elaborado con habilidad entre la entrevista perfil y la conversación pública. Krahe no se corta un pelo: filosofa con gracia sobre los grandes y pequeños enigmas de la vida cotidiana, sin obviar intríngulis propios, niñez, madurez, religión o política. Además, el volumen viene acompañado por un nuevo disco, ‘Querencias y extravíos’, con once temas inéditos grabados en el Café España de Valladolid. Ambas obras se complementan. De hecho, se puede afirmar que conforman el mejor artefacto de Krahe lanzado hasta la fecha. Sin olvidar que, hace unos meses, la compañía 18 Chulos sacó de las catacumbas ‘Haz lo que quieras’, un trabajo registrado originalmente hace veinte años. Así que ya lo saben, música y palabras del hombre que estudió en el mismo colegio que Rubalcaba, Solana, Aznar o Sánchez Dragó. Y que acabó siendo el Brassens hispano. Entretenimiento de lujo.

Eduardo Tébar